

La juventud de hoy en día está expuesta a muchos riesgos, siendo uno de ellos el abuso de las drogas. Responder a estos riesgos es tarea de familia, educadores y demás entorno, pero no siempre se tienen las herramientas adecuadas para hacerlo.
El National Institute on Drug Abuse norteamericano, en su afán de ayudar a reducir la iniciación en el consumo de drogas, dispone de varias publicaciones en la que aborda los principios para prevenir el consumo. En concreto, establece como deben ser las tareas preventivas en el entorno familiar, en el entorno escolar y en la comunidad en general.
La fortaleza de las relaciones familiares y las habilidades de los padres para alejar a los jóvenes de las drogas son los fundamentos sobre los que se sustenta la prevención del consumo de drogas.
La escuela o el instituto son espacios en los que se debe continuar la debe continuar el proceso de prevención iniciado por la familia, así como reforzar actitudes en la relación con los compañeros de la misma edad.
Por último, un planteamiento integral de la prevención en el uso de drogas deben considerar también las acciones dirigidas a la población en general.
Siguiendo estos principios establecidos por el National Institute on Drug Abuse se pueden establecer programas de prevención del abuso de drogas con bases científicas a nivel comunitario, de manera que se evite el consumo y el posterior trastorno adictivo. Sin embargo, si a pesar de ello un adolescente desarrolla un trastorno, los profesionales adecuados pueden desarrollar un tratamiento eficaz que también contemple la actuación de la familia, la escuela y el entorno en general.
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