Puede resultar difícil diferenciar el uso ocasional de una droga de la adicción a esa sustancia. Normalmente, se puede considerar que una persona es adicta cuando incurre en los siguientes comportamientos:
- Consume en situaciones totalmente inapropiadas, por ejemplo en el trabajo o antes de conducir, y no es capaz de controlar la cantidad consumida.
- Su humor es muy variable y se irrita cuando se preocupan por él o ella, especialmente si le preguntan sobre el consumo y su frecuencia.
- Hace actividades en solitario, con nuevas compañías o en secreto, evadiéndose de sus familiares y amigos.
- Basa su vida en cómo obtener la sustancia y muestra indiferencia por otros aspectos que antes le interesaban.
- Es incapaz de justificar pérdidas de dinero o de otros efectos de valor e incluso se involucra en actividades delictivas.
- En ausencia de la sustancia deseada, consume otras sustancias para buscar un efecto parecido.