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  • La depresión es un trastorno frecuente que suele caracterizarse por un estado de ánimo de tristeza intenso o por una pérdida generalizada del interés o de la capacidad de disfrutar. En ocasiones produce también un enlentecimiento mental y físico y acaba por afectar a todo el organismo. Aunque se calcula que una de cada cinco personas padecerá una depresión en algún momento de su vida, es importante tener claro que se puede curar con el tratamiento adecuado.

    A menudo hay más de una razón que origina la depresión, y afecta distintamente a cada persona según sus circunstancias. Las razones pueden ser obvias, como situaciones adversas familiares o laborales, una frustración a nivel sentimental o profesional, o la pérdida de un ser querido. Pero no siempre es así y a veces no hay ninguna causa aparente de la depresión.

    Así pues no existe una causa única de depresión, pero sí hechos que predisponen a padecerla. Los más frecuentes son problemas externos que afectan a nuestra vida, la forma de reaccionar que tenemos ante los problemas, enfermedades físicas crónicas o graves, o el consumo de alcohol o de drogas. Además, pueden existir algunos factores biológicos, por ejemplo genéticos u hormonales, que hagan que determinadas personas tengan más predisposición a padecer estos trastornos.

  • Todos nos sentimos tristes en algún momento, pero a veces estos sentimientos son permanentes y empeoran hasta interferir en nuestra vida diaria. Uno puede estar padeciendo una depresión si los sentimientos negativos persisten y reúne varios de los siguientes síntomas:

    • Ha perdido el interés por las cosas que antes le interesaban y es incapaz de disfrutar.
    • Se siente infeliz la mayor parte del tiempo. En algunos casos, empeora en una hora concreta del día, especialmente por la mañana.
    • Llora fácilmente.
    • Se siente inquieto, ansioso, agitado, irritable y evita tratar con personas con las que tiene relación.
    • Le resulta difícil tomar decisiones y afrontar hechos que anteriormente podía encarar sin problemas.
    • Le cuesta dormir o se despierta temprano y el sueño no es reparador.
    • Se siente cansado, agotado ya antes de empezar el día.
    • Pierde el apetito para la comida y el interés para mantener relaciones sexuales.
    • Pierde la confianza en sí mismo, tiene baja autoestima y se siente inútil.
    • Se siente culpable de acciones pasadas y de las consecuencias para la propia persona y su familia.
    • Pierde el interés por la vida y piensa en el suicidio.

    A veces uno no se da cuenta de que está deprimido, porque ha desarrollado la depresión de forma gradual. No reconocerlo o no aceptarlo puede provocar aún más agotamiento y dar lugar a malestares como un constante dolor de cabeza u otras dolencias físicas.

  • Existen diversos tipos de depresión y distintas clasificaciones científicas, pero los más comunes son los siguientes:

    • Depresión reactiva: Es la que aparece cuando está ocasionada por problemas o situaciones difíciles que suceden en la vida del individuo.
    • Depresión mayor: Se caracteriza por una combinación de síntomas que incapacitan a la persona para desenvolverse con normalidad. Pueden aparecer en un momento puntual o ser recurrentes a lo largo de la vida.
    • Distimia o depresión persistente: Se caracteriza por presentar algunos de los síntomas durante un período prolongado, es decir, dos años o más, y ser crónica. Puede no ser tan grave como la depresión mayor, pero impide sentirse bien en condiciones normales.
    • Depresión atípica: Se trata de una depresión en la que algunos de los síntomas son inversos a los habituales, como aumento del apetito en lugar de disminución o más necesidad de dormir en lugar de insomnio.
    • Depresión melancólica: También llamada depresión endógena, es una forma de depresión especialmente intensa y en la que en muchas ocasiones no hay un desencadenante evidente.
    • Depresión ansiosa: Consiste en un tipo de depresión en la que los síntomas de ansiedad son una de sus manifestaciones principales.
    • Depresión secundaria: Es la depresión que ocurre como consecuencia de otros problemas mentales, como el alcoholismo, o de enfermedades físicas que pueden dar síntomas de depresión, por ejemplo la anemia, un tumor cerebral o el hipotiroidismo.
    • Depresión psicótica: Ocurre cuando un trastorno depresivo viene acompañado de alguna forma de psicosis, como pérdida del contacto con la realidad, alucinaciones o delirios.
    • Depresión postparto: Se diagnostica a las mujeres que han dado a luz y sufren un episodio de depresión durante el primer mes después del parto.
    • Depresión bipolar: Es la depresión que ocurre dentro del trastorno bipolar. El trastorno bipolar se caracteriza por cambios cíclicos en el estado de ánimo que van de momentos muy elevados de euforia (llamados técnicamente, ‘manía’) a momentos muy bajos de depresión.
    • Depresión resistente: Es la depresión que no mejora con los tratamientos habituales. En este tipo de depresión es necesario utilizar estrategias de tratamiento específicas para conseguir la mejoría.
  • Dado que la depresión es un trastorno común, su tratamiento está desarrollado exhaustivamente y cuenta con un elevado porcentaje de éxito. En general existen dos tipos de tratamiento para la depresión: la psicoterapia y la medicación antidepresiva, que se aplican por separado o conjuntamente y de manera personalizada en función de cada caso.

    La psicoterapia consiste en asesoramiento psicológico para abordar los sentimientos negativos que provoca la depresión con un profesional cualificado y objetivo. Hay muchos tipos de psicoterapia, como por ejemplo las cognitivo-conductuales, la interpersonal, o las técnicas de resolución de problemas, y según el origen y las características de la depresión, será adecuado un tipo u otro.

    Además de la psicoterapia, los medicamentos antidepresivos pueden ser eficaces especialmente en depresiones graves o prolongadas. El cerebro está compuesto por millones de células (o neuronas) conectadas una a otra usando minúsculas cantidades de unas sustancias químicas llamadas neurotransmisores. Las investigaciones actuales indican que algunos de estos neurotransmisores pueden estar afectados por una depresión, especialmente la serotonina, la noradrenalina y posiblemente la dopamina. Los antidepresivos actúan aumentando la concentración de estas sustancias químicas en las conexiones entre las neuronas y se considera que esto es lo que provoca el efecto antidepresivo. Cabe destacar que gracias a los avances farmacológicos, los efectos secundarios de los medicamentos cada vez son más reducidos, tanto en su frecuencia como en su intensidad.

    En Centre Médic BM somos expertos en el tratamiento de depresiones porque contamos con un grupo de psiquiatras y psicólogos especialistas con más de 30 años de experiencia en el tratamiento de todo tipo de depresiones, tanto ambulatorias como en hospitalización, y un profundo conocimiento avalado por la trayectoria de investigación que hemos realizado en este campo.

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