¿Cómo afecta el estrés laboral en nuestra salud?
Todos hemos vivido episodios de estrés en algún momento de nuestra vida. Los cambios repentinos, las responsabilidades familiares o la presión laboral pueden provocarnos este tipo de sentimiento. De hecho, el estrés derivado del trabajo es cada vez más habitual entre la población. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el 60% de los trabajadores afirma sufrir estrés laboral. ¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud? ¿Cómo se puede detectar? ¿Qué podemos hacer para mitigar este sentimiento?
La raíz del estrés laboral
El estrés es una reacción de nuestro cuerpo a un desafío o demanda, es decir, a la presencia de un “factor estresante”. Cuando el estrés se produce de forma puntual o en episodios cortos, puede incluso ser positivo, ya que puede ayudarnos a evitar un peligro o motivarnos para llevar a cabo una acción concreta, como por ejemplo, un examen o una entrevista de trabajo. Ahora bien, cuando el estrés se prolonga en el tiempo y se convierte en crónico, puede incidir en nuestra salud, provocando problemas físicos y emocionales.
En el caso del estrés laboral, las causas que lo provocan pueden ser múltiples y muy diversas: inestabilidad, monotonía, falta de apoyo y reconocimiento, exposición a tareas peligrosas, carga de trabajo que supera la que podemos asumir, responsabilidades que van más allá de las nuestras, mala relación con los compañeros, etc.
Síntomas del estrés laboral
El estrés laboral incide directamente en nuestra salud y se manifiesta a través de una serie de síntomas emocionales y físicos. Cuando nos sentimos estresados, se modifica tanto nuestro estado de ánimo como nuestro comportamiento, provocándonos: ansiedad, mal humor, irritabilidad, miedo, inseguridad, falta de concentración, dificultad para tomar decisiones, desmotivación, insatisfacción y tristeza.
Respecto a los síntomas físicos, los más frecuentes son: trastornos gastrointestinales, sudoración excesiva, hiperventilación, dolor de cabeza, mareos, náuseas, temblores, taquicardia, tensión muscular, contracturas, fatiga e insomnio.
Cuando el estrés laboral se prolonga en el tiempo deriva en otro tipo de trastornos, como por ejemplo, ansiedad o depresión, que provocan que la persona no pueda desarrollar con normalidad su jornada laboral. Además, también es el causante del conocido como Síndrome de burnout (“Síndrome del trabajador quemado”), que se traduce en un agotamiento físico, emocional y mental que hace que se pierda el interés por el trabajo y el sentido de la responsabilidad.
¿Cómo puedo mitigar el estrés laboral?
El National Institute of Mental Health (NIMH) propone las siguientes medidas prácticas para controlar el estrés y reducir sus efectos:
- Hacer ejercicio de forma regular: 30 minutos de ejercicio diario ayudan a mejorar el estado de ánimo y a reducir el estrés.
- Realizar alguna actividad relajante: actividades como el yoga o la meditación pueden facilitar el control del estrés.
- Reducir el uso de dispositivos móviles: una vez fuera del trabajo, es importante saber desconectar y dedicar tiempo a uno mismo, a la familia o a los amigos. Una muy buena opción es limitar la disponibilidad y establecer un horario de conexión.
- Preparar una lista de tareas: con una lista de tareas será mucho más fácil establecer objetivos y prioridades y decidir qué puede esperar y qué no. De esta manera, también se aprende a decir que no a tareas nuevas que suponen una sobrecarga de trabajo.
- Realizar pequeños descansos a lo largo de la jornada laboral: las pausas cortas, de uno o dos minutos, son efectivas para acabar una tarea y comenzar otra. Estos momentos de tránsito pueden aprovecharse para ponerse de pie, tomar un respiro y eliminar la tensión acumulada.
Es muy importante ser consciente del nivel de estrés que padecemos y cuál es la causa que lo genera. A partir de aquí, también es imprescindible reconocer las señales que nos envía el cuerpo y a partir de aquí trabajar para encontrar una solución. Las personas más cercanas pueden ofrecernos apoyo emocional, pero si los síntomas continúan y van a más, es necesario acudir a un profesional de la salud especializado. Con la orientación y tratamiento de un psicólogo, aprenderemos a manejar el estrés laboral y podremos superar este trance con éxito.